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Cómo vivir con hijos adolecentes

  • colegiosluren
  • 3 jun 2015
  • 4 Min. de lectura

Es frecuente escuchar a los padres de hijos adolescentes utilizar expresiones como estas: “Ya no me cuenta sus cosas, se molesta fácilmente, me responde mal, no quiere seguir las reglas de la casa, está de mal humor todo el tiempo, lo que hago lo avergüenza, fastidia a sus hermanos…”.


Es cierto, esto ocurre porque es adolescente. Revisemos primero el significado de “adolescencia”. Adolescencia es una palabra que deriva del latín adolescentia, que significa ‘cambios y transformaciones’. En forma más precisa, ‘desarrollarse hacia…’; hacia ser adultos, por supuesto. No significa ‘dolencia’; y hago esta aclaración porque algunos le dan el significado de ‘adolecer’, es decir, ‘carecer de algo’ o ‘estar enfermo’. En realidad, comprender la adolescencia como carencia o enfermedad hace que los padres actúen de forma inapropiada en la relación con sus hijos.


La adolescencia es una etapa natural de la vida, que se inicia en la pubertad y termina con el completo desarrollo del organismo. Su duración varía en cada persona y cultura. Puede ser complicada por los cambios físicos, psicológicos, sociales y emocionales que se experimentan.

Probablemente la dificultad más común que experimenta el adolescente es la búsqueda de su propia identidad, es decir, autoafirmarse, estructurar su propia existencia. Esto implica un proceso que muchas veces va acompañado de conflictos y resistencias por lograr la propia independencia.


Es necesario comprender que la adolescencia de sus hijos es solo una etapa, la cual pasará, pero en la que propiciar una buena convivencia desarrollará vínculos más estrechos y saludables hacia ellos. Es importante, entonces, respetar sus espacios, dialogar, comprenderlos y valorarlos como son.


Las siguientes pautas pueden ayudarlos a convivir en forma más armónica con sus hijos:


  1. Crear en la familia un clima de apertura al diálogo; estar dispuesto a escucharlos. Para ello, será necesario que en algunos momentos acepte sus formas, es decir, alguna salida de tono o discusión apasionada. En estos casos, se hace necesario guardar la calma e invitarlo a razonar; recuerde que no gana el que grita más. Más bien se trata de proponerle alternativas con base en sus propias necesidades, que le permitan reflexionar y valorar lo que sus padres le sugieren, considerando ante todo su bienestar. Por ejemplo: “si quiere hacerse un tatuaje”, antes de prohibírselo, se le debe ayudar a reflexionar que el tatuaje es para toda la vida y que más adelante, cuando esté en otra etapa, probablemente ya no lo querrá y no podrá borrárselo.

  1. Propiciar la confianza, que es la base de toda buena relación. Para que sus hijos confíen en ustedes, no es necesario “permitirles todo”; al contrario, los límites consistentes y las reglas claras en la familia, aunque suenen a lo contrario, facilitan la confianza entre padres e hijos.Si un hijo sabe perfectamente qué está permitido y qué no lo está, y si los padres actúan con coherencia, se evitarán conflictos innecesarios con ellos.Confiar en los hijos adolescentes es muy necesario, pues, aunque parezca arriesgado, si no se les da confianza, resultará muy difícil saber lo que les pasa.

  2. “Luchar las batallas necesarias”, ser flexibles con ellos. Hay cosas que se les puede permitir porque facilitarán su autonomía y seguridad, y otras que no. Por ejemplo, es posible concederles que usen el cabello un poco más largo, pero no que lleguen a casa después de la hora acordada. Resulta mejor ceder en lo superficial para ganar en lo esencial.

  3. Mayor independencia, pero también más responsabilidad. Los adolescentes requieren de libertad para experimentar, para conocerse a ellos mismos y relacionarse en forma saludable con sus pares. Por lo tanto, los padres deben permitirla y fomentarla dentro de los límites razonables con base en el propio comportamiento y responsabilidad que el adolescente demuestre ir adquiriendo a medida que va madurando.

  4. Valorar sus conductas apropiadas. Debido a las características de esta etapa, los adolescentes suelen ser críticos y rebeldes ante todo, y esta actitud suele afectar la convivencia. Para esta situación, resulta útil valorar alguna conducta o aspecto positivo de su hijo. Esto permitirá que la tensión disminuya y aliviará en algún sentido el malestar.

  5. Respetar la intimidad de su hijo lo ayudará a convertirse en un adulto joven. El dormitorio de un adolescente, sus libros, sus correos electrónicos y sus conversaciones telefónicas deben ser algo completamente privado. Si detecta señales de alarma de que su hijo podría tener problemas, entonces solo ahí usted podrá invadir su intimidad hasta llegar al fondo del problema. Pero, en caso contrario, deberá mantenerse al margen.

A medida que su hijo avance por los años de la adolescencia, con el apoyo de usted como padre, irá notando que disminuyen los altibajos emocionales propios de esta etapa. Y, al final, se convertirá en un joven independiente, responsable y comunicativo.


Preguntas frecuentes de los padres


  1. Mi hija adolescente casi no quiere estar conmigo; en casa con las justas me responde y delante de sus amigas parece que no me conociera o que la avergüenzo; me evita. ¿Qué puedo hacer? Es propio de la adolescencia actuar de esta forma frente a los amigos. Sin embargo, es importante que usted converse con su hija, la escuche, sin criticarla, y le transmita lo que usted siente. Por otro lado, respete el espacio de su hija con sus amigos. Cuando esté con ellos, déjelos a solas y confíe en ella. En casa propicie el diálogo cordial. Muestre interés en las cosas que le agradan, como una película, una serie o alguna otra cosa que puedan compartir juntas. Esté atenta a ella; recuerde que se encuentra en una etapa de cambios y que, así como se muestra evasiva, también la buscará cuando la necesite.

  2. Casi todos los chicos de la edad de mi hijo están yendo a fiestas o reuniones, pero a él no le interesan. Cuando lo invitaban no iba, y por eso ahora ya no lo hacen. Los fines de semana se encuentra en casa, generalmente en su dormitorio viendo televisión o en la computadora. ¿Es normal o debo hacer algo para ayudarlo?

Comprendo su preocupación, pero déjeme decirle que es normal. Cada chico se desarrolla en forma distinta; algunos son muy sociables, y otros más tranquilos. Unos muestran mucho interés por tener amigos, y otros son más reservados. En todo caso, converse con él, vea si hay algo que lo perturba; si no es así, respete su ritmo evolutivo. Pero si no socializa por algún tema personal, como temor a los demás, mucha inseguridad, baja autoestima, podría consultarlo con un profesional.

Enlaces de interés:

Videos recomendados:

Cómo tratar a un hijo adolescente - DR. CÉSAR LOZANO. FULLAUTOYUDA https://www.youtube.com/watch?v=uW9NDTcfSeY

Los problemas de la adolescencia se previenen en la infancia. Extracto de excelente charla de Pilar Sordo. https://www.youtube.com/watch?v=RT1NZI1XT8Q

El problema no lo tiene el adolescente sino el padre o la madre - Leo Farache https://www.youtube.com/watch?v=5ObMxgjx-MY


 
 
 

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